«… déjala»
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 13, 1-9 En aquel tiempo se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió: «Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera». Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”. Pero el viñador respondió: “Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”». Palabra de Dios
DÉJALA UN POCO MÁS - Florentino Ulibarri No es la primera vez que vienes y que la higuera muestra sus hojas arrogante –verdes, grandes, ásperas, sin fruto–, engañándote. Sabes que ocupa terreno fértil, que sudaste y te deslomaste cuidándola para que diera los higos mejores, inútilmente. Y aunque tienes ganas de cortarla tu corazón hortelano se resiste. Le cavarás la tierra, le echarás abono nuevamente... Hablo robándote las palabras que me dijiste al encontrarme e invitarme a tu causa y buena nueva urgentemente. Déjala un poco más. Déjanos un poco más. Déjame un poco más, Señor, y cuídame.
Y para los más pequeños:
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