«Amarás…»
Lectura del santo evangelio según san Mateo 22, 34-40 En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?». Él le dijo: «“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas». Palabra de Dios
EL TAPIZ DE SUS SUEÑOS - Florentino Ulibarri Tú nos revelaste, Jesús, que para hacer el tapiz del querer del Padre hemos de entretejer los hilos presentes en la creación con los que surgen en la vida cotidiana aunque parezcan toscos y sin gracia; que en el proyecto hemos de mezclar hilos de todos los colores poniendo en la tarea todo nuestro ser -alma, mente y corazón-. Sólo así quererle será gozo y bien. Y si el alma se nos vuelve yerma, o si nuestra mente pierde su agudeza, o si el corazón se nos tuerce o desvaría, porque en el camino hay otras cosas que le hacen competencia -otros señores en guerra viva, aún plazas de su pertenencia- tú nos dijiste, muchas veces a lo largo de la vida, que Él solo quiere personas libres y enteras. Sólo así quererle será gozo y bien. Amar a Dios es lo primero y principal; pero para que esto florezca y sea -a la intemperie y en las cuatro estaciones- necesita expresarse en el amor al prójimo, al que hemos de querer, sea como sea, como nos queremos a nosotros mismos. Por eso, quien no sabe amarse no puede amar a sus semejantes ni hacer el querer de Dios Padre. Sólo así quererle será gozo y bien. Amar a Dios y amar a los demás: no hay más, con religión o sin ella. Aquí queda dicha toda la buena noticia para quienes preguntan o callan -fariseos, sacerdotes y sabios o pertenecientes al pueblo llano-; aquí se condensa y resplandece toda la Biblia –la Ley y los Profetas- lo digan o no las iglesias. Sólo así quererle será gozo y bien. Pero nosotros seguimos tejiendo, con otros hilos y modelos, pensando que hacemos algo hermoso -el tapiz de sus sueños- cuando lo que hacemos son redes que nos retienen y aprisionan y no nos dejan ser libres.
Y para los más pequeños:
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