ganar el mundo entero…
Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 21-27 En aquel tiempo, comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte». Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios». Entonces dijo a los discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.» Palabra de Dios
RECONFIGURAR LA VIDA - Florentino Ulibarri Reconfigurar la vida: irse contigo siguiendo tus huellas, no dar importancia a nuestros proyectos y cosas, cargar con la cruz que nos venga sin perder la dignidad y la sonrisa. Reconfigurar la vida: ponernos en tus manos humanas y divinas, por esos lugares de la historia tan poco frecuentados y llenos de sorpresas. Reconfigurar la vida: aceptar los golpes, marcas y heridas, pero no arrugarse ni detener el paso; vibrar menos sin perder la música y mantener fresca la memoria. Reconfigurar la vida: admirar tus surcos y huellas en nuestra carne vieja y correosa; abrirse a tus sugerencias aunque no lleguemos a entenderlas. Reconfigurar la vida: jugar al juego que tú jugaste, partiéndonos en tiras, esquejes o estrellas, y compartirse con dignidad dándose en fraternidad. Reconfigurar la vida: aceptar como centro, eje y motor tu Espíritu en nuestra vida; poner todas las cruces bajo su presencia y exponernos con esperanza a su brisa. Reconfigurar la vida: descubrirnos como flor florecida -hermosa, perfumada y distinta-; acercarnos a los otros dignamente y hacer un jardín para los caminantes. Reconfigurar la vida: vivir siendo plenamente en la tierra aunque la situación sea pasajera; admirar a las personas y agradecer la vida. Reconfigurar la vida: no malograrla en tonterías, no conservarla escondida sino compartirla, sin medida, gratis y con alegría.
Y para los más pequeños:
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