«… para que el mundo se salve por él»
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 16-18 Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Palabra de Dios
LO CREO, LO SIENTO, LO SÉ - Florentino Ulibarri Sé que las imágenes pueden confundirme y hasta engañarme. Sé que los nombres no alcanzan a decirte por mucho que los ajuste. Sé que los sueños más hermosos son proyecciones. Sé que las palabras se quedan cortas en todas sus expresiones. Y, a pesar de ello, te imagino, te nombro, te sueño, y te hago palabra e imagen para conocerte, porque Tú eres el que quiere revelarse en esas pobres mediaciones. Como Padre, tu querer es siempre amor y da la vida –el espacio, el aire, el cuerpo– a todo lo creado, a nosotros también, aunque no lo sepamos, desde el principio de los tiempos, pasando por nuestros días, hasta la eternidad. Como Hijo viniste a nuestro encuentro y te hiciste como nosotros; tu palabra es vida que ayuda y consuela al hermano; te haces carne para el hambriento y bebida para el sediento; santificas y alegras nuestros pasos y eres viático en nuestro vagar hacia la eternidad. Como Espíritu, tu presencia nos acompaña y es luz y sombra, fuego y brisa que empuja la historia, y a todos nosotros, hacia la plenitud, dándonos paz, justicia, verdad y amor día a día; de ella surge la eternidad. Tanto nos amas que eres Trinidad, Dios abierto y entregado sin reservas. Lo creo, lo siento, lo sé.
Y para los más pequeños:

@pachifano
Comentarios recientes