«Este es el pan…»
Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 51-58 En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo». Disputaban los judíos entre sí: «Cómo puede este darnos a comer su carne?». Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre». Palabra de Dios
DAR CRÉDITO - Florentino Ulibarri Muchos anuncios, muchas promesas, muchas rebajas, muchas oportunidades, muchas gangas... Muchas voces susurran constantemente sus ofertas. Con sus llamativas, vanas, huecas, lights palabras cubren su pobreza y cantan sus dudosas alabanzas. Mas no me satisfacen, pues ni me alimentan, ni me quitan el hambre, ni me liberan de los espíritus que traen males, ni curan mis enfermedades, ni alumbran mis rincones oscuros. ni me traen buenas noticias, ni riegan mis esperanzas sociales ni satisfacen mis necesidades, ni me defienden de sus intrigas, ni me acogen como persona, ni me dan buenas sensaciones... En este mar de palabras, de propaganda sofisticada, de ilusiones engañosas, de ofertas apetecibles, de oportunidades al alcance, de verdades sin misterio, de doctrinas nuevas, de productos con lábel, de soluciones a la carta... de predicadores sin conciencia... yo sólo quiero dar crédito a tu palabra buena y nueva, valiosa y gratuita, que me ofrece vida, la dignidad y la alegría. Yo sólo quiero darte crédito a ti, que eres la palabra y la vida. Creo, Señor, en ti, y creo que eres la Palabra auténtica.
Y para los más pequeños:
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