«Amarás a tu prójimo…»
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 38-48 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas. Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto». Palabra de Dios
¡DATE TIEMPO... Y VERÁS! Florentino Ulibarri Date tiempo para amar, para soñar, para crear, para trabajar, para cambiar, para acompañar... como Él Y quizá así... descubras el centro, eje y motor de la vida, lleves tu carreta atada a las estrellas, te sientas libre de normas y cadenas, no esperes recompensa por tus obras buenas y goces por estar hecho a su imagen y manera. Date tiempo para estar, para mirar acá y allá, para reír, para compartir, para perdonar, para amar como Él. Y quizá así... disfrutes de su presencia, valores el ocio y la fiesta, aprecies el regalo de la creación entera, disfrutes de rostros y sonrisas, y veas que no te falta nada . Date tiempo para la amistad, para abrazar, para acariciar, para buscar, para rezar, para sembrarte... como Él. Y quizá así... tejas tapices perennes de hermosos colores, crezca la paz y la ternura en tu corazón, sepas por qué tienes entrañas, dedos y piel, te sorprendas de las maravillas que no brillan, y crezca la cosecha que necesitas. Date tiempo para recibir, para regalar, para vivir, para darte, para hablar... como Él. Y quizá así... entres en el reino de la gratuidad, construyas una gran fraternidad, llegues a ser como él te quiere, te enriquezcas hasta desbordar, y percibas que Él siempre está dentro de ti. ¡Date tiempo, ...y verás!
Y para los más pequeños:
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