«…mi mensajero…»
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 2-11 En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle: «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?». Jesús les respondió: «Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y los pobres son evangelizados. ¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!». Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: «¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Mirad, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito: “Yo envío mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino ante ti”. En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él». Palabra de Dios
BRISA Y ROCÍO (Florentino Ulibarri) Brisa que mueve y mece, que acaricia y besa, que refresca y da vida; brisa gratuita que nos alcanza, que nos despierta y empuja, que nos abre el horizonte y nos invita a ir más aprisa... Así eres Tú desde que entraste en nuestra historia y vida. Rocío mañanero que se hace presente en el amplio campo del mundo y en nuestras huertas y rincones más queridos y secretos; rocío que nos empapa suavemente, acariciando y besando nuestro cuerpo, entrañas y espíritu... Así eres Tú desde que entraste en nuestra historia y vida. Brisa y rocío, rocío y brisa que fecundan nuestras zonas yemas y miman nuestros oasis y huertas predilectas cada día a cualquier hora; brisa y rocío, rocío y brisa que nos trae tu Navidad con paz, gozo y alegría... Así eres Tú desde que entraste en nuestra historia y vida. Brisa y rocío, rocío y brisa en las calles y plazas, en las casas y en las entrañas de los que buscan y preguntan, de los que salen y miran, de los que andan por los márgenes buscando la fraternidad perdida. Así eres Tú desde que entraste en nuestra historia y vida.
Y para los más pequeños:
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