«…con – nosotros»
Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 18-24 La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio del profeta: «Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer. Palabra de Dios
EL ADVIENTO DE JOSÉ Y MARÍA (Florentino Ulibarri) Ojos limpios y serenos para otear el horizonte sin miedo y verte en otros rostros siempre. Brazos fuertes y extendidos para abrazar con seguridad y mimo a todos los débiles y perdidos. Manos suaves y cálidas para acariciar a ancianos y niños y crear redes de vida. Oídos abiertos y atentos para escuchar los susurros y gritos y llegar a tiempo a tu encuentro. Olfato sensible y bien dispuesto para percibir las fragancias y olores que te preceden y hacen presente. Pies firmes y ligeros para andar por la vida siguiendo tu brisa y tus sendas. Corazón tierno y grande para sentir tus latidos en este aquí y ahora que vivimos. Entrañas maternales para acogerte siempre aunque nos sorprendas y descoloques... en las noches oscuras y en las alboradas, vengan con pesadillas o blanca escarcha. Así es el Adviento de José y María, Así queremos que sea el nuestro cada día.
Y para los más pequeños:

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