«… los partió y se los iba dando…»
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 11b-17 En aquel tiempo, Jesús hablaba a la gente del reino y sanaba a los que tenían necesidad de curación. El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.» Él les contestó: «Dadles vosotros de comer.» Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente». Porque eran unos cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: «Haced que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno». Lo hicieron así, y dispusieron que se sentaran todos. Entonces, tomando él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos. PALABRA DEL SEÑOR
CONSTRUYENDO UTOPÍA - Florentino Ulibarri Llegará un día en que nosotros, tú y yo, y ellos... ¡todos! seremos todo para todos; y no habrá murallas, ni dobles contabilidades, ni tarjetas opacas, ni cajas fuertes, ni burocracia interminable... pues no habrá que esconder nada ni guardar ningún secreto, ni defender propiedades privadas... porque el mundo será la casa de todos, y la luz brillará en todos, y todos buscaremos el bien para todos, y nos sentiremos felices viviendo libres, como hermanos e iguales... Y las guerras, las batallas, las contiendas, los combates, las pugnas, las luchas, las peleas, las riñas, las disputas las oposiciones, los concursos, las competencias... entre unos y otros, entre el fuerte y el débil, pasarán... porque nos atraerá más la unión y el apoyo, el andar juntos, el gustar los abrazos que el ser lobos unos para otros...; y no habrá vencedores ni vencidos, ni pobres ni ricos, ni sabios ni ignorantes, ni ciudadanos ni extranjeros... pues todos seremos tus hijos y viviremos como hermanos. Pero ahora, mientras tanto, hay que hacer que llegue ese día, practicando, con fe y esperanza, la utopía, y dejando que el evangelio haga germinar, en nuestras entrañas, y en el corazón de la sociedad, el futuro que Tú nos prometes cada mañana...
Y ahora un poco de música:
Y para los más pequeños:
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