«Bienaventurada la que ha creído…»
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 1, 3945 En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá.» PALABRA DEL SEÑOR
AIN KAREM (Florentino Ulibarri ) Ain Karem, Señor, aunque sea pequeño y con poca historia, es uno de esos lugares tatuados en las entrañas y presente, siempre, en el corazón y en la memoria. Lugar fértil, Señor, con jardines y viñas; aldea escondida del ruido y de las intrigas de la gran ciudad que era y es toda Jerusalén que tiene sueños de grandeza y mata a los profetas. Ain Karem, Señor, es para nosotros la fuente de la viña, fuente generosa que mana paz y alegría, que descansa y da vida, que plenifica y ennoblece a todo el que se acerca a ella. Y es también, Señor, desde aquel día de primavera que narran y cantan las crónicas evangélicas, lugar de gozo y fiesta, por aquella visita de María y aquel encuentro entre dos visitadas tuyas. Ain Karem, Señor, es ese lugar apropiado para todos los que soñamos con embarazos de vida y no queremos encerrarnos en nuestras miserias aunque seamos personas estériles, ancianas o muy niñas. Ain Karem, Señor, es tu regalo para que tengamos vida y aprendamos a cuidarla cantándote a ti, Dios de vida, presente en nuestra historia y tierra.
Y ahora, un poco de música:
Y para los más pequeños:
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