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Posted by on Sep 11, 2021 in Equipo de Pastoral, Parroquia de San Pedro | 0 comments

«¿… ganar el mundo entero…?»

«¿… ganar el mundo entero…?»

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 8, 27-35

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino, preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron:
«Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó:
«Tú eres el Mesías».
Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.
Y empezó a instruirlos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».
Y llamando a la gente y a sus discípulos, y les dijo:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de que le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?».
Palabra de Dios

@quierover.org

ASOMBRO Y DESCONCIERTO F. Ulibarri
No.
No estamos acostumbrados,
en estos tiempos que corren,
a un lenguaje tan directo,
tan claro y duro,
tan sorprendente y escandaloso,
tan incorrecto
política, social y culturalmente,
tan poco evangélico según los cánones prescritos...
¡y nos crea desconcierto!
 No.
No estamos acostumbrados
a oír tu voz apasionada,
herida en lo más íntimo
cuando intentamos desviarte del camino
de tu propia identidad,
ésa que te hace ser Hijo,
y Mesías para tus hermanos...
¡y nos sobresalta
e intentamos dejarla en el olvido!
 No.
No estamos acostumbrados.
Y aunque intentemos pasar de largo,
su eco resuena dentro y fuera,
como el viento llevándose
nuestras ambiguas construcciones,
palabras y declaraciones...
¡pues la fe que tú pides
es otra muy diferente:
fe sin justificaciones!
 No.
No estamos acostumbrados
a decir con la cabeza y el corazón,
solamente, sí, no,
a llamar al pan, pan y al vino, vino,
sin ambiguas mezclas
que defienden el "todo vale"
porque no hay que herir voluntades
ni libertades de nadie...
¡y así nos va, aunque nos cueste reconocerlo!
 No.
No estamos acostumbrados
a escuchar el eco de tu voz,
ésa que dirigiste a Pedro
y escuchó el resto de los discípulos
con asombro y desconcierto:
"¡Apártate de mí, Satanás!;
tú no ves las cosas como las ve Dios"...
¡Y sin embargo, eso fue lo que salvó a Pedro
y os hizo más amigos!
No.
No estamos acostumbrados...
¡y así nos va!

Y ahora un poco de música:

@alvaro_fraile_

Y para los más pequeños:

@pachifano

https://rezandovoy.org/reproductor/infantil/2021-09-12

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