«Id al mundo entero…»
Conclusión del santo evangelio según san Marcos (16,15-20)
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
Palabra del Señor
Sois semillas del Reino plantadas en la historia.
Sois buenas y tiernas, llenas de vida.
Os tengo en mi mano, os acuno y quiero,
y por eso os lanzo al mundo: Salid, acoged, proponed. ¡Perdeos!
No tengáis miedo a tormentas ni sequías,
a pisadas ni espinos.
Bebed de los pobres y empapaos de mi rocío.
Fecundaos, reventad, no os quedéis enterradas.
Floreced y dad fruto.
Dejaos mecer por el viento.
Que todo viajero que ande por sendas y caminos,
buscando o perdido, al veros,
sienta un vuelco y pueda amaros. ¡Sois semillas de mi Reino! ¡Somos semillas de tu Reino!
Y para los más pequeños:
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