«… permaneced en mí,…»
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 15, 1-8.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».
PALABRA DEL SEÑOR

LA PODA
La poda es algo frecuente en el campo.
Campesinos y hortelanos son diestros en ella.
para conseguir árboles más bellos y sanos
porque es ley de vida de todos los seres vivos
Controla, encauza y orienta las fuerzas;
impide la dispersión, da nuevas energías.
Nos poda el Padre.
Nos hace crecer y ser nosotros mismos.
Nos corta las alas de la soberbia y comodidad
que impiden dar fruto y malgastan energía.
¡Corta brotes para que demos mejores frutos!
Nos podan los amigos y la comunidad,
a través de relaciones claras y fraternas;
a través de la ayuda, la crítica y la exigencia.
cuando ponen en cuestión nuestra vida
y descubren las zonas oscuras de nuestro ser.
Algunos se podan para dar más fruto.
Saben decir no a las cosas que hacen daño.
Saben renunciar a bienes y objetivos dignos
para conseguir bienes y tesoros ocultos
¡Dichosos esos hombres y mujeres!
Los que viven con ellos y participan de la vida
La mayoría de las podas vienen sin buscarlas.
Las trae la vida cuando menos lo esperas;
son podas involuntarias, imprevistas, duras
y no siempre aceptamos como algo positivo.
Voluntaria o no, a tiempo o a destiempo,
asumida o rechazada, la poda es el secreto
de las personas que se han hecho fuertes,
de los que dan fruto y tienen vida.
Y para los más pequeños:

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