Evangelio dominical – XIII del tiempo ordinario
Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 37-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no carga con su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará. El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, solo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa».
DESCANSAR EN TI
Descansar en Ti,
a la sombra, junto al arroyo,
sintiendo la brisa
y con la cabeza en tu hombro.
Descansar en Ti,
sin temores, sin nostalgias,
sin sucedáneos, sin ansias, enamorado.
gozando el momento,
libre de atillos y cargas,
sin prisas para nada
y soñando esperanzas.
Descansar en Ti,
serenamente,
ahora y a cualquier hora,
hasta habituarme al gozo
y a la gracia que me donas.
¡Descansar en Ti
después del éxito o del fracaso
y compartir gratuitamente
tus más íntimas emociones!
Descansar en Ti,
y darte gracias, con palabras o sin ellas,
por tu presencia solidaria
en la gente sencilla y llana.
Y para los más pequeños:

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